Oscar Traversa (1940-2020)
Tuvo una buena vida. Lo creemos. Oscar reafirmó sus elecciones, sus acciones atendiendo siempre a sus proyectos y a los de los otros.
Antes del comienzo del último congreso mundial de semiótica en Buenos Aires -2019-, recordaba los inicios de la asociación (grupo, agrupamiento…) en 1970 mientras trabajaba entusiasta en la organización del encuentro. Hasta ese momento la AAS (Asociación Argentina de Semiótica) había tenido una vida siempre intensa, pero extrainstitucional. Oscar no abandonó ni por un instante el objetivo de afianzar esa existencia. Se daba así un nuevo paso en el desarrollo histórico de los estudios semióticos, que lejanamente, habían tenido instancias fundacionales en momentos como los de la revista LENGUAjes.
Y también viene a la memoria una tarde de 2002 cuando en su casa, mientras ponía en marcha una nueva unidad académica, la de Crítica de Artes en la Universidad Nacional de la Artes -por entonces todavía Instituto-, nos embarcaba en el proyecto de diseño de una carrera a distancia: lo empujaba la urgencia política de ampliar ese territorio del conocimiento.
Nos quedan sus escritos y con sus escritos, las búsquedas y las inquietudes y también las incertezas que nos arriman a la reflexión y a la investigación. Nos quedan las novedosas regulaciones de los dispositivos y las utopías golpeadas, hoy, en las pantallas. Bailan desde las páginas de sus primeros o últimos artículos, Carmen y Salomé.
Y nos quedan también sus perspectivas de gestión: las instituciones se hacen con todos, con presencias y ausencias; con la fuerza siempre cambiante de la diversidad.
Marita Soto y Oscar Steimberg
